sábado, 25 de octubre de 2014

Sin Límites...

Hoy, después de tanto tiempo regresé a mi blog. 
Supongo que nos pasará a todos los bloggeros que tenemos etapas de extroversión y otras que nos detenemos a mirarnos hacia adentro. 
El que no escribe en un blog, no se da cuenta del compromiso que implica ya que a veces queremos expresar lo que tenemos dentro y no podemos.  Le pasa a los grandes escritores que viven algunos momentos de sus vidas tratando de lograr que la inspiración de aquello que realmente les interesa escribir llegue a sus almas. Imagínense a incipientes cibernautas, que alguna vez se largaron a esta aventura...y me estoy refiriendo exclusivamente a mí...
Luego de esta introducción me gustaría contarles que pasó en mi vida en estos meses. 
He trabajado en propuestas nuevas, por fortuna he viajado por un período no muy largo, he pensado mucho en ustedes y sinceramente, extrañé este espacio de cada día de aquella etapa de mi vida. 
Me he cuestionado seguir escribiendo o no...he tratado de crecer pero cuánto duele...no logré mejorar aspectos míos que no me gustan pero sí tuve una constante, la de siempre...traté de vivir con intensidad cada momento, cuando pude hacerlo. 
Ustedes pensarán que no descubrí la pólvora y es verdad, no la descubrí ni sé si algún día llegue a descubrirla pero sí reafirmé mi posición: no es bueno estar tan atento a la opinión de los otros y que me equivoco y mucho pero si el sentimiento existe nunca va a desaparecer ni disminuir. Y en este punto, me di cuenta que personas que creía incondicionales no lo son y descubrí el cariño sincero de otras que no había advertido.  
En resumen, me dí cuenta que de nada vale exigirse mucho cuando no se puede, que el respeto por y de los seres queridos no puede faltar pero si tantas veces nos han faltado o no nos tuvieron en cuenta, si alguna vez nos pasa, no es para alarmarse...sí para estar atentos y no permitir que se reitere. Me di cuenta también que no somos indispensables en la vida de nadie, sólo somos importantes para quienes nos aman y sí, somos absolutamente necesarios para nosotros mismos por lo que no debemos dejar de cuidarnos. En fin,  más que nada valoré la importancia de advertir la finitud del tiempo y de  hacer lo que a uno le gusta, por esa razón regresé a ustedes sin olvidar el horizonte de la vida, inspirador, enriquecedor y sin límites..
Gracias a ustedes por estar!

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Salvatore Donadío