domingo, 15 de enero de 2012

ESCRIBIR...

                                                                               
                                                                                Qué se puede escribir de la vida que no se haya escrito, qué podemos descubrir con letras quienes somos apasionados en plasmar nuestros sentimientos en un papel, ahora en una pc.
 Creo que en medicina, en psicología, en literatura, en  historia, se ha escrito todo,  al menos en lo  sucedido, vivido y descubierto hasta el día de hoy, y sólo son algunos  ejemplos en los que no puedo sentir que estoy a su altura, en lo más mínimo.
Considero  que los profesionales de hoy son grandes investigadores, l tratan de analizar las diferentes perspectivas de un mismo tema para dar conclusiones acertadas,  con un porcentaje alto de certeza.
Los filósofos han aportado un material muy valioso para  el alma y el espíritu y de algunos de ellos sólo tenemos referencias  y testimonios, porque se han perdido sus disertaciones, sus enseñanzas a lo largo de esta corta o larga vida.
No sólo contamos con todo lo escrito, sino con los ejemplos recibidos, de nuestros héroes de la patria, de legisladores y letrados que han impartido justicia, que han trabajado en el más absoluto anonimato, sin buscar reconocimiento público sino, que la vida sea más justa con aplicación de leyes y la elaboración y expresión de su pensamiento jurídico. Afortunadamente he conocido juristas muy importantes, valiosos y honestos en mi camino.
Las ciencias duras también aportan conocimientos, nos ayudan a razonar y a elaborar operaciones mentales sin cuya base y conocimiento por más mínimos que fueren  no hubiéramos podido lograr.
Las ciencias sociales y de la comunicación, mis preferidas,  han aportado importantísimos conocimientos, valiosos y necesarios sobre la conducta humana, sobre reglas para vivir en sociedad, sobre submundos desconocidos por nosotros, así como  situaciones de vida  justas e injustas, sobre ideales de justicia y su contraparte: la lucha contra molinos de viento.
 A mi criterio, aportan un conocimiento humano y social, importantísimo,  muchas veces no tenido en cuenta por la sencilla razón de que  algunos se abusan de ese conocimiento,  para utilizarlo en cuestiones non santas.
Pero su aporte, nos da capacidad de comprensión y nos enseña a vivir en una forma más ordenada.
Qué podemos aportar sino somos artistas, arquitectos, pintores, escultores, que embellecen la estética de nuestras ciudades, que dan armonía a nuestras vidas con sus creaciones del espíritu y su arte.
Y así, podría enumerar a todos los seres tan valiosos que se capacitaron para brindar su conocimiento en incluso para ellos mismos, matemáticos, físicos, expertos en informática, políticos, economistas,  aunque ya estén mencionados dentro de las ciencias antes referidas…es interminable la lista de todas estas personas que tienen un caudal de conocimiento teórico y empírico,  que no  permite comparación alguna con  mi modesta expresión.  Más allá de mis estudios universitarios y experiencia laboral, considero que mi aporte es muy pequeño al lado de estos  “grandes”, que afortunadamente pertenecen a la historia de la humanidad.
Lo que sí se me ocurre escribir y contarles, es por qué me lancé en esta aventura de escribir, será porque siempre lo hice, aún desde muy joven, pero a esta altura de mi vida, lo hago porque me siento feliz al hacerlo. Lamentablemente la vida nos pone en el camino muchas pruebas que superar, que no nos dan felicidad pero como he dicho en otra oportunidad, sí nos dan aprendizaje de vida que tenemos que capitalizar, y yo pude aprender y aprendí que una de las cosas más importantes en la vida,  es hacer lo que nos hace felices, y ésa es la razón por la que escribo: por que disfruto al  hacerlo y  porque me brinda una felicidad indescriptible… simplemente porque me gusta escribir sobre esas "pequeñas cosas"...






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Salvatore Donadío